De cuando creíamos en los concursos.
Una nave varada en el espigón.
Dos muros conforman el casco de la nave.
La escala queda difuminada tras ellos.
En su encuentro una grieta marca el acceso.
Una cubierta ligera que se desliza sobre ellos los une.
Unas rasgaduras horizontales introducen luz tamizada en su interior.
La abstracción de los planos, grietas y lineas verticales y horizontales esculpen un objeto con voluntad de atemporalidad, de permanencia...

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