Vivienda unifamiliar aislada frente a una plaza a sur.
Se decide colocar el programa al fondo de la parcela para liberar el máximo espacio para jardín en la buena orientación.
Damos la espalda a los vientos dominantes.
Accedemos protegidos, pasamos -compresión- bajo la biblioteca y llegamos -expansión- al patio interior con luz cenital que, con su forma curva, recoge la luz dorada del atardecer.
Todas las estancias principales se asoman a él.
Eliminamos los pasillos.
En planta baja estudio, sala y cocina se abren a espacio intermedio volcado sobre el jardín.
Carpintería corredera interior que flexibiliza los espacios y los recorridos, que alarga las visuales.
Las máximas dimensiones del contenedor son fácilmente perceptibles desde el interior.
Se crea un recorrido jardín, porche, sala, patio interior doble altura...
Las habitaciones a modo de puente sobre este recorrido.
Todas las piezas vividas se asoman al jardín y la plaza.
Las piezas de servicio en la zona posterior sirven de cojín climático ante el frío del invierno, el poniente del verano y el viento.
Gran ventanal horizontal en esquina en cuerpo maclado al principal ilumina el estudio. Retranqueos en planta y altura crean diferentes escalas: próxima, lejana.
Contrapuntos verticales de pilares y chimenea a la horizontalidad dominante.
Contrapunto de porches en baja y primera.
Ritmo de huecos en fachada. Juegos de luz y sombra. De lleno y vacío.
Todo unificado con ese blanco tan mediterráneo.
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