En una parcela en esquina orientada a sur colocamos la vivienda de forma que nos proteja de vientos y vistas.
Acercamos a la avenida principal un ala de la casa.
Allí creamos la entrada peatonal, una hendidura entre dos cuerpos que se deslizan.
Una compresión y a continuación creamos un patio interior con luz cenital al que se asoman las dependencias.
Unas chimeneas, hitos verticales, en contraposición a la
horizontalidad de los aleros de las cubiertas que vuelan unas sobre otras,
horizontalidad de las cenefas cerámicas.
Casa terrosa, cálida, anclada al terreno en contrapunto con el azul del cielo.
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