lunes, 7 de abril de 2008

CASA 667

Los generosos clientes nos dieron carta blanca.
Nos manifestaron sus necesidades y nos mostraron el lugar. 
Pudimos experimentar con luces cenitales, secciones, transparencias, transiciones, materiales, estructura, disposición del programa ...
Al final dispusimos el programa en tres franjas paralelas, perpendiculares al jardín. 
Unidas por el frente con un gran plano horizontal sin pilares que crea las sombras necesarias frente a las estancias principales.
Las laterales se abrían a la central, diáfana, de alto techo, con luz natural proveniente de las alturas de forma suave y tamizada. 
Con los testeros abiertos esta sala acaba en los limites de la parcela.
En unos espacios intermedios iluminados cenitalmente dispusimos baños, almacenaje y pasos. Sobre la ducha del baño principal una lluvia de luz dorada.
Pavimentos diferenciados marcan los usos diferenciados de las zonas del jardín, paso, piscina, porche. 
La lamina de agua tempera el ambiente, refleja la luna y baña de destellos la cubierta del porche.


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