miércoles, 2 de mayo de 2001

CASA 340

Estamos en una parcela en un bosque, cerca de Miami Platja. 
Unos amigos quieren construir su hogar. 
Miramos el entorno, miramos el sol, consideramos vientos y brisas. 
Tenemos unas visiones de casas de Alvar Aalto, de algo de la casa Ugalde de Coderch. Siempre hay que tener en cuenta a los maestros. 
En la discusión con la familia, aparecen patios, diagonales, dobles alturas, distribución de zonas, recorridos, alas ....  
Y dejamos volar la imaginación. 
Como una cabaña en el bosque.  
Con un patio con porche. 
Con un recorrido que nos lleve a las vistas  del mar lejano por encima de las copas de los arboles
Con un gran espacio central para acoger a toda la familia. 
Con una gran cubierta inclinada que introduzca la luz por reflexión a lo largo del día. 
Para sentir el paso del tiempo que queda suspendido en los rayos de luz.
Al acercarnos, las lineas de las cubiertas inclinadas juegan, ascienden ...
La casa sale a buscarnos al camino, 
nos acompaña hasta una cueva, espacio comprimido, en la esquina del cuerpo principal que, tras el umbral, nos introduce diagonalmente en el corazón de la casa, espacio dilatado.
El patio esta sobre una plataforma artificial elevada del terreno natural, 
delimitada por dos cuerpos bajos a derecha e izquierda, 
conectada con ese espacio central mediante un porche, 
espacio de transición y de relación, de contemplación de la naturaleza.


  

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